lunes, 26 de febrero de 2018

Mejorando tus defensas

Blasón de la casa Celtigar, interpretación
propia. Alegoría de la defensa, el escudo.
Últimamente, estamos inundados de alimentos, complementos, suplementos, bebidas y demás mejunjes que prometen mejorar nuestras defensas. Incluso tenemos en el lineal del supermercado yogures que prometen que nuestras defensas serán poco menos que los pelendones (sí, había un pueblo que se llamaba pelendón) de Numancia si nos bebemos uno antes de salir a la calle. Seguramente habréis visto anuncios con infinidad de aditamentos que prometen precisamente esto: tus defensas serán la rep...anocha.

Igual la culpa de todo esto es de los publicistas, que oyen campanas, no saben dónde y salen por donde pueden los pobres. Pero esto de mejorar las defensas, ¿qué significa? ¿Es algo de verdad? ¿Se puede? Pues... vamos a verlo...



Las defensas del organismo

Bueno, para empezar, hay que decir que las defensas del organismo son algo real. Es decir, no es un concepto inventado por los del departamento de marketing para que compréis más sus productos. Lo que pasa es que eso de "defensas" es un concepto más bien complicado que ha habido que simplificar para explicarlo. Lo que pasa es que se ha simplificado tanto que se ha quedado en algo ridículo y tan abstracto que parece no tener sentido alguno. Sobre todo cuando lo anuncian con los yogures.

Las defensas del organismo, resumiendo, son todo aquello que nos protege de agresiones externas. Todo. Imaginad. Pensad. ¿El ácido del estómago? Sí, muchas bacterias se mueren en dicha acidez. ¿La saliva? Sí, lleva lisozima, una proteína con propiedades antibacterianas.

- Espera, Johnny, has dicho que las defensas son todo aquello que nos protege de agresiones externas.
- Exacto, Mike, y eso estoy haciendo.
- Mira, Johnny, el estómago y la boca son "dentro", vamos que son internos.
- Piénsalo bien, Mike: somos un jodido tubo. Lo que pasa por el agujero de ese tubo es fuera también.
- Es dentro.
- ¿Seguro? ¿En un tubo el aire del agujero es distinto del aire de alrededor?
- Esto...
- Calla, Mike, y aprende.

Esquema del epitelio intestinal
Exactamente, como Johnny bien apunta, todo lo que pasa por nuestro tubo digestivo es fuera, viene de fuera, son agresiones externas, no internas. Y sí, la saliva y el ácido del estómago forman parte de esas defensas. Del mismo modo lo son las uniones de las células del intestino delgado (que se llaman uniones estrechas), que son impermeables a todo. ¿A todo? A todo: todo lo que atraviesa el intestino tiene que pasar a través de los enterocitos, que es como se llaman estas células. Así pues, el epitelio intestinal también forma parte de las defensas del cuerpo. ¿Sabéis dónde podemos encontrar también estas uniones estrechas? En la piel.

Y si estáis pensando que si la piel forma parte de las defensas, ya os digo yo que sí, que forma parte de todo aquello que pueda causarnos un daño desde el exterior. Por eso desinfectamos las heridas, porque son roturas en la barrera que supone la piel y se puede colar cualquier cosa por ahí. Cualquier cosa: hongos, huevos de helmintos, bacterias, virus, protozoos... cualquier cosa.

Pero claro, la evolución es muy puta y para cada barrera inventa un trabuquete. Y todos los días surgen herramientas en esos organismos que les permiten atravesar las primeras líneas de defensa. Para eso tenemos el súmmum, la maravilla de maravillas, el top, la repolla... Nuestro sistema inmunitario. Del que aún no hemos hablado en este blog, ¿verdad?

Bueno, pues a pesar de que la piel, el intestino, la saliva y demás forman parte de las defensas del organismo, cuando alguien habla de "mejora tus defensas" no se refiere a mejorar la eficiencia de la lisozima o reforzar las uniones estrechas, sino a mejorar la función del sistema inmunitario.

Sistema inmunitario, ¿aún no lo conocéis?

Diseño B-cells remember, de mi tienda de latostadora.com
Si todavía no conocéis nada de nada del sistema inmunitario, me dan ganas de arrearos un buen cosqui, que dicen en mi querido Cádiz. Pero hagamos un repaso. Para los que acabáis de llegar... Los demás... ejem...

A ver, el sistema inmunitario está formado por dos partes. Una, es el sistema inmunitario humoral, que está básicamente formado por moléculas. Moléculas que señalizan, estimulan, inhiben y suprimen la actividad inmunitaria, como son las citoquinas y quimioquinas. Hemos hablado de ellas, no sólo relacionándolas con el sistema inmunitario, y lo hemos hecho en varias ocasiones, sino también con otras patologías. Y, por otro lado, moléculas efectoras. Como los anticuerpos. De los anticuerpos hemos hablado laaaargo y tendido, y hasta hemos visto cómo nos aprovechamos de ellos en detección y diagnóstico. Así que si no sabéis que son los anticuerpos, podéis echar un ojo a estos artículos antiguos del blog. Os esperamos aquí. Venga.

¿Ya? Bien. Pues además del sistema inmunitario humoral tenemos un sistema inmunitario celular. También hemos hablado de él. Hemos mencionado a todos (o casi todos) los tipos celulares que lo componen. En patologías y en funciones fisiológicas normales. También podéis ir a leer estos artículos antes de que sigamos.

¿Todos al día ya? ¿Podemos continuar? Pues continuemos.

Bien, ya tenemos todos una idea de lo que es el sistema inmunitario. También tenemos todos una idea de cómo funciona. Hablando mal y deprisa, las células reaccionan a algo y producen algo, una molécula o una reacción. Ese producto mata, anula, inhibe, suprime o destruye aquello que ha producido la reacción en un principio. Esto, muy resumido y muy rápido, es lo que hacen las defensas. Y se llaman así porque nos defienden, claro.

Mejorando las defensas

Bueno, retomemos lo que hemos dicho en el último párrafo: las defensas nos defienden. ¿Se puede hacer algo para mejorar esa defensa?

Bueno, cuando uno tiene un escudo de madera, puede adquirir un escudo de metal. Es más pesado, pero aguanta más golpes y más fuertes que un escudo de madera. Asimismo, cuando uno tiene un coselete de cuero, puede sustituirlo por una camisa de malla. También pesa más, pero es más eficaz. E imaginad lo que pasaría si pudiéramos combinarlo todo... Eso mejoraría bastante nuestra defensa, ¿verdad?

En el caso de nuestro sistema inmunitario, ¿qué creéis que sería el equivalente a todas estas adquisiciones? ¿Poder rechazar más patógenos? ¿Poder rechazarlos mejor? ¿Poder rechazarlos con más variedad de armas? Bien todo esto es posible. Sí, efectivamente, es posible armar mejor a nuestro sistema inmunitario para que combata mejor. Para que resista y nos defienda mejor. 

Alguno a estas alturas estará flipando, ¿verdad? ¿Cómo este tío, que parece saber tanto del sistema inmunitario, nos dice que hay formas de mejorar nuestras defensas? Pues precisamente por eso, porque tengo cierto conocimiento del sistema inmunitario. Pero no os rasguéis las vestiduras aún, que tengo más que decir. Es más, si me habéis hecho caso cuando empezábamos este artículo y habéis releído los artículos anteriores, seguro que vosotros solitos sabéis decirme cuál es esa manera de mejorar nuestras defensas.

Exacto: las vacunas.

Sí, las vacunas son la única manera de mejorar nuestras defensas. Son la única forma verdaderamente eficaz que conocemos de hacer que nuestro sistema inmunitario reconozca cada vez más patógenos y los combata mejor y de manera mucho más eficaz. Recordad que dijimos que las vacunas son un entrenamiento de combate. Y no sólo porque provoquen un aumento de todos los tipos de anticuerpos que producen las células B. Sino también porque enseñan a todas las células que son capaces de presentar antígenos qué es útil y qué no para activar la respuesta inmunitaria efectora. Vamos, es entrenar a los vigías para que aprendan a reconocer qué es lo que viene en lontananza con aviesas intenciones. 

¿Y qué pasa con todo eso que promete mejorarlas?

Pues pasa que es mentira.

Hace una semana os hablaba del placebo en el blog de Vary Ingweion. Mucha de la culpa de que alguien crea que tomando zumitos aumenta su capacidad de combatir la gripe y el resfriado, la tiene dicho efecto, incluido el placebo por poderes que explicó Guillermo Peris en su blog. Otra gran parte, la tiene el sesgo de confirmación, esto es, la tendencia a dar credibilidad únicamente a aquello que confirma nuestras creencias previas. Y, por último, también la regresión a la media (que una medida repetida muchas veces se acercará cada vez más al valor medio) participa en la extracción semejante conclusión. Sin embargo, todo lo que se ha dicho es mentira.

Algunos, como cuenta José Manuel López Nicolás en su libro Vamos a comprar mentiras (tralará), se aprovechan de huecos en la legislación. "Mejora la capacidad inmunológica normal". Yo, cada vez que leo esto, entiendo que me va a ayudar a estudiarme el tochazo de apuntes de inmunología que aún tengo de la carrera. Os lo dije hace unas semanas en un tuit: decid "inmunitario". Inmunológico es referido a la ciencia que estudia el sistema inmunitario, la inmunología. Os parecerá que no, pero si no se llama a las cosas por su nombre correcto, no me fío.

Estructura de la L-arginina, un aminoácido. Fuente.
Sí, es verdad que de vez en cuando aparecen estudios que dicen que tal o cual sustancia, que tal o cual aditivo, que tal o cual vitamina participa en la función del sistema inmunitario. Pero participar en ella no significa mejorarla. Pongamos un ejemplo. Un aminoácido. Sí, ya sabéis, esos ladrillitos que componen las proteínas. Digamos que la L-arginina es importante para la función del sistema inmunitario. Un producto, coge L-arginina, la añade a saco y ya puede poner que "contribuye a la función normal del sistema inmunitario". Aunque seguro que pondrá inmune o inmunológico, son así... Bien... 

¿Recordáis todos qué son, químicamente hablando los anticuerpos? Exacto: proteínas. ¿Y de qué están compuestas las proteínas? De aminoácidos, muy bien. Entonces, ¿un aminoácido contribuirá al funcionamiento normal del sistema inmunitario? Claro que sí. Pero no es porque sobreactive el sistema inmunitario o lo ponga en estado de alerta. Es porque forma parte de los anticuerpos que el sistema inmunitario utiliza para funcionar. Y cuando digo anticuerpos, podría estar diciendo linfoquinas, citoquinas o cualquier otra proteína que esté relacionada con el funcionamiento de este sistema. Cualquiera. Incluso de un canal iónico que no tenga nada que ver en absoluto con la función defensiva del sistema inmunitario. Es más: esa arginina podría ir a parar a una proteína de una célula de, qué sé yo... el páncreas... 

Ya veis lo fácil que es. Basta escoger cualquier cosa, decir que "contribuye a blablabá" y hale, ya tienes un producto que "mejora tus defensas". 

¿Entonces existen sustancias que mejoren nuestras defensas? Si queréis considerar los adyuvantes de las vacunas como "sustancias que mejoran nuestras defensas", pues sí, existen. Pero no veo yo a ningún fabricante de yogures o zumos añadiendo sales de aluminio a sus productos. Ni tampoco a los fabricantes de papel de aluminio diciendo "envuelve tu bocata en papel de aluminio y potencia tu sistema inmunitario".

5 comentarios :

  1. Hola, Khram. Es muy buena la información de tu blog y te agradezco que la difundas.
    Sobre este tema, tengo una consulta: entendí que no se puede “mejorar” el sistema inmunológico (o inmunitario? No leí detenidamente eso, disculpa) más que con las vacunas. Pero, entonces, comer de manera saludable y dormir bien lo que hacen es promover el correcto funcionamiento de este sistema, mas no mejorarlo, cierto?. Y, además: hay personas con un mejor sistema inmunológico que otras?
    Te agradezco de antemano la respuesta. Saludos.

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    1. Buenos días, Julio Fernando.

      Es cierto, el sistema inmunitario (inmunológico se refiere a la inmunología, no al sistema) sólo puede mejorar con las vacunas. Comer de manera saludable y dormir bien mejoran tu salud, pero no todo tiene que ver con su sistema inmunitario, claro. Dormir bien es primordial para que el tejido cerebral se limpie, comer bien es indispensable para un buen funcionamiento del sistema cardiovascular y circulatorio... Pero no, ni comer ni dormir bien afectan para nada al sistema inmunitario más allá de aportarle aquello que necesita para funcionar, igual que con cualquier otro sistema de tu organismo. Fuera de ahí, la función inmunitaria sólo mejora con vacunas.

      ¿Hay personas con mejor sistema inmunitario que otras? Sí y no. No porque el sistema inmunitario humano funciona igual en todos los seres humanos. Y sí porque, por ejemplo, en personas con una alimentación escasa o exposición a tóxicos profesionales o virus que afecten al sistema inmunitario sí tienen una inmunodeficiencia (que es como se llama a una función anormalmente baja del sistema inmunitario). Así que, a menos que tengas un problema que le afecte directamente, no tendrás un sistema inmunitario "peor" que nadie.

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    2. Gracias por la respuesta Khram. Entonces una interpretación en contrario no aplica acá jajaj. Yo creía que como alimentarse mal y dormir mal, además del estrés (no estoy seguro de esto último) debilitan el sistema inmunitario, hacer lo contrario lo iba a mejorar.

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    3. Ojo a una cosa. Que algo altere la función normal del sistema inmunitario no quiere decir que hacer lo contrario la mejore. Si el estrés, alimentarse mal y dormir mal reducen la función del sistema inmunitario (que está por ver), mejorar esos puntos no mejoran su función. Lo que hará será restaurarla, ojo. Nuestro sistema inmunitario ha evolucionado para funcionar de una manera óptima en condiciones normales.

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    4. Muchas gracias por la respuesta, Khram.

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